Se sentó frente a ella pero no pudo descolgarse la mochila que llevaba a sus espaldas. Le era imposible, se le había incrustado bajo la piel. El. peso de los años,el de sus fracasos y el de su obesidad la llenaban y hubiera sido más fácil pedirle que se sacara la vida y no su carga.
Tenía 35 años aunque sus ojos denotaban más del doble y la ausencia de felicidad era tanta que al mirarla trasmitía inmediatamente ganas de llorar.
En que puedo ayudarte preguntó la bruja ? sabiéndo de antemano que no habría ni pósima ni amuleto que lograra aliviar su dolor ni sus ganas de comer y destruirse.
No lo sé contestó, no me reconosco y esta que soy ya no quiere nada. La odio y me odio por odiarla, solo
se que quisiera que me abandonara, pero se apoderó de mi hace mucho tiempo y crece cada día haciendo de mi un monstruo que ya no reconozco frente al espejo.
Sacó de la billetera cuatro fotos: la primera sacada 19 años atrás, La bruja miró la foto y trató de reconocer en ella a la misma mujer y le fué imposible... una joven felíz y NORMAL que miraba desde allí pensando que podía conquistar el mundo... Sacó la segunda y la bruja la reconoció, más mujer, más redonda pero hermosa, maquillada para la batalla y camuflada para que no se notara que se estaba inflando y dejando atrás la que quería ser. Y así llegó a la dolorosa actualidad, ella y sus fotos.
Las dos se miraron y la adivina comenzó a soyosar en silencio.... es cuestión de voluntad dijo, es cuestión de fé, de que quieras querer.
La mujer se levantó, tomó sus fotos, sus dolores y sus esperanzas rotas y se fue de alli sin mirar atrás.
La bruja se quedó en silencio sabiendo que había fracasado y que la sentenciaba a una muerte lenta y sabrosa entre postres y bula.
Esa noche mientras la mujer gorda se saciaba ella rechazó su cena y le pidió perdón a sus santos por dejarla partir sin siquiera darle un abrazo y decirle que era la mujer más hermosa que se había sentado frente a ella.
frente a frente no hubo fé ni consejo que aliviara su alma lastimada
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